martes, 17 de septiembre de 2013

TENER UNA RELACIÓN SANA CON EL DINERO

Que difícil es tener un relación sana con el dinero, llevo cinco barras de labios de diversos tonos de rosas (porque es el color que más me gusta), en el bolso. Está el rosa plateado, el rosa dandy, el rosa oscuro, el rosa violáceo y mi favorito: el glamour brillante. Lo curioso es que, cuando me los pongo, todos tienen exactamente el mismo aspecto. Entonces, ¿por qué llevo cinco barras a todas las partes?. Porque me hace sentir bien, hasta un poco chic.


Quizá haya algo más detrás de estas cinco barras. En primer lugar, me dan un poquito de seguridad, puedo ocuparme de mí misma y mejora mi aspecto, en definitiva puedo hacer algo por mí y me hace sentir bien. Pero ¿qué dice eso de mi relación con el dinero o de la relación de cualquiera de nosotras con el dinero, quiero decir, el hecho de que una barra de labios pueda comprarme literalmente la felicidad. Entonces si el dinero nos da una sensación de control y de independencia, e incluso aumenta nuestra autoestima, ¿no deberían todas las mujeres de posición acomodada tener necesariamente una mayor sensación de control, independencia y autoestima?. Si el dinero fuera realmente la causa, la respuesta tendría que ser "sí". Sin embargo, todas conocemos a mujeres que son más ricas que nosotras y que no son necesariamente más felices. Resulta claro que esta cuestión del dinero es mucho más profunda de lo que parece a simple vista.
Lo complicado del tema es que todos nos relacionamos con él de alguna forma, y esta relación es complicada. Si le concedemos excesivo poder, puede trastornarnos. Si dejamos que se convierta en un dios, por así decirlo, puede tomar el mando y hacernos desgraciadas.

Lo que voy a decir es duro, pero la verdad es que muchas madres ganamos más dinero no porque lo estemos haciendo muy bien en ese trabajo que tanto nos gusta, sino sencillamente porque creemos que traer más dinero a casa hará que nuestros hijos tengan más éxito y que nosotras seamos mejores madres.
El problema es que nos hemos engañado. Rara vez dicen los niños que sus madres sean fabulosas por las cosas materiales que les dan. Cuando pregunto a los niños de mis amigas, sobre sus padres, lo que valoran de su madre es su amabilidad, su afecto y sus cuidados.
La buena noticia es que podemos cambiar. No, no tenemos que dejar de gastar dinero en nuestros hijos, pero podemos dejar de evaluar nuestro mérito como madres por las cosas materiales que les proporcionamos. Esta es la verdadera libertad.Cuando le digo a un niño de 7 años que me hable sobre su madre, nunca me dice lo que le compra o cuál es su profesión (normalmente no lo sabe, porque no le importa). Utiliza expresiones como "es muy divertida", "se enfada un montón", "es blandita cuando la abrazas", "es muy guapa" o "me lo paso muy bien con ella".


Hasta pronto.

1 comentario:

Almudena dijo...

Es verdad que comprar cosas nos hace sentir bien... es un consuelo emocional. Me ha encantado lo de que la alegría no lleva etiqueta con el precio.