martes, 21 de julio de 2015

JOVEN CRIADA POR LESBIANAS RELATA SU SUFRIMIENTO

Caminaba por una calle cuando al ver la publicidad de una película pro paternidad del mismo sexo quedó lívida de rabia. Así comenzó a gestarse un activismo que da voz a los derechos de niños y niñas cuyo dolor es silenciado.

Brandi Walton, quien fue criada en el sur de Oklahoma (USA) por lesbianas, declara que también ella ha “salido del closet“. Su voz -según testimonia- estuvo cautiva por casi dos décadas y hoy se alza desde el blog “The Lesbians Daughter” para testimoniar cómo es la vida para una “descendiente” de lesbianas.
El 21 de abril pasado, con una carta titulada “Los niños no están bien”, publicada en U.S.A. por The Federalist, Brandi dio nuevo impulso a su activismo, manifestando una verdad que las leyes de muchos países silencian, olvidan, aplastan:
 “Algunos hijos de padres homosexuales –dice Brandi-, al igual que algunas personas homosexuales, no apoyan la paternidad gay o el matrimonio gay. Hombre y mujer, juntos, aportan algo que cada niño y niña necesita”.
En el Blog “The Lesbians Daughter”, esta joven criada en U.S.A. valida los derechos de su madre a ser feliz, pero también la “salida del closet” que como hija ha realizado, para denunciar la verdad que los medios de comunicación masivos silencian…
“Creo que mi mamá tenía derecho a ser feliz y vivir su vida de la mejor forma posible. Y creo que yo tenía también derecho a ser feliz y vivir la vida de la mejor forma posible. Finalmente su decisión fue una auténtica captura, durante 22 años. Alguien iba a salir lastimado de cualquier manera, y da la casualidad de que fui yo…”.
Este 11 de junio, tras la decisión impuesta por la Corte Suprema de Estados Unidos que valida en todo ese país el matrimonio para personas del mismo sexo, Brandi comenta desde su Blog que lo considera como la ola de un “maremoto que hoy está descendiendo hacia la sociedad. La embestida sofocante para imponer la homosexualidad y los estilos de vida alternativos en cada rincón… Desde banderas del orgullo gay en las celebraciones militares a revistas llenas de obscenidades en las tiendas de comestible… Aunque estoy de acuerdo que nadie debe ser tratado mal por su estilo de vida, sobre todo hasta el punto de imponer violencia, ¿Es ésta realmente la única manera? ¿No hemos traspasado desde la tolerancia a forzar ahora la aceptación?… ¿Cómo una aceptación forzada podrá cambiar algo?”
Nace la activista
Su activismo nació un día del año 2010 cuando vio en la vía pública el anuncio de una nueva película cuyo título era: “The Kids Are Alright” (los niños están bien). Se puso tensa, reconoce, al punto que se le revolvió el estómago pues podía intuir de qué se trataba ese filme. Después de mirar la sinopsis de la película estaba lívida. Sólo el título de la película le ponía lívida de enojo, confidencia en su Blog.
“Sentí como si Hollywood estuviere tratando de decirle a la sociedad algo de mí, y de hecho lo hacían, pero decían mentiras. Al menos no ocurría en mi caso. No me sentía «bien» de la forma en que yo crecí… Esta película y su título fueron la chispa que encendió la activista en mí. Supe entonces que en algún momento yo quería hablar acerca de lo que significa crecer en un hogar homosexual, y aquí estoy”.
Así comenzó un camino que alcanzó el apogeo con la carta publicada en Abril de este año 2015 donde esta joven le habla a la comunidad organizada de Lesbianas Gay Bisexuales Transexuales (LGBT)…
“Nunca llevé una bandera en sus desfiles del orgullo gay –comienza diciendo Brandi-. Nunca escribí una carta en vuestro nombre a un miembro del Congreso o cualquier otra persona, y nunca sentí la necesidad de hacer que la gente acepte el hecho de que soy la hija de una lesbiana. Tal vez porque ella nunca sintió la necesidad de obligar a la gente a aceptarla por serlo… No, nunca me alinearía con una comunidad tan intolerante y egoísta como la comunidad LGBT, una comunidad que exige tolerancia con fervor y pasión, sin embargo, no la da a cambio, incluso en ocasiones a sus propios miembros… Yo soy un producto de la Revolución Lésbica de los años 80. Mi madre siempre sabía que le gustaban las chicas, pero se esforzó por ser una buena, recta, chica Bautista del Sur. Cuando yo tenía un año de edad, dejó a mi padre por otro hombre, con quien vivimos hasta mis cuatro años de edad… entonces lo dejó por otra mujer”.
Ningún silencio impuesto “cambia lo que los niños pueden ver”,denuncia Brandi y esta fue una poderosa razón para alzar la voz. A su modo narra lo que sufría al compartir con sus amigos que tenían una mamá y un papá: “Pasaba todo el tiempo que me era posible con esos amigos. Yo anhelaba el afecto que mis amigos recibían de sus papás. Quería saber cómo era ser celebrada y acariciada como hija por un padre… En lo que a mí respecta, yo ya tenía una madre; no necesitaba otra…Crecer sin la presencia de un hombre en mi casa me dañó. Todo lo que quería desde niña era una familia normal… Siempre estuve aterrorizada de que alguien descubriera que mi madre era lesbiana… Sólo recién cuando conocí a mi marido, todo hizo clic. Por primera vez, me sentí viva y completa. Tener hijos y contemplar a un hombre padre…fue hermoso e imponente. Esto sólo reforzó mi creencia de que un niño necesita un padre y una madre, y que la paternidad del mismo sexo o las familias monoparentales son muy inferiores a una sana paternidad heterosexual”.
El derecho y el deber de levantar la voz
Es la lógica del amor, dice Brandi, lo que le llevó al activismo. Así como nadie se escandaliza porque los hijos de padres divorciados manifiesten sus heridas, nadie debería calificar de irrespetuoso, egoísta u homofóbico, dice, el testimonio de los niños y niñas que han sufrido siendo criados por parejas del mismo sexo. Así lo argumenta, en otra de sus publicaciones del Blog:
“…Estoy aquí para decir que dos personas que se aman no es lo suficiente. Y a veces, dependiendo de las circunstancias, es perjudicial. Los niños están en una etapa de aprendizaje en sus vidas y cierto “amor” no enseña a los niños todo lo que necesitan saber acerca de cómo

navegar en este mundo.
Es interesante que sólo haya dos sexos, masculino y femenino, y que se requieren esos dos sexos para procrear un niño. Por lo tanto ¿no tiene acaso sentido afirmar que los descendientes de esos dos sexos, necesitan que ambos sexos que los procrearon sean parte de la crianza? La gente siente simpatía por los niños que son criados sin padres -ya sea porque tenían papás que de golpe fallecieron o porque uno de los progenitores falleció-, porque es obvio que esos niños perdieron algo importante. Pero cuando se involucra la homosexualidad, no hay simpatía por los niños a quienes se impone el ser huérfano de padre o madre, y eso es trágico.
…El ataque a la identidad sexual femenina y masculina está en pleno apogeo y, a menos que más personas se levanten para defender los elementos más básicos de nuestra existencia humana, corremos el riesgo de perder nuestra propia identidad humana.”

jueves, 2 de julio de 2015

¿VERANO CRISTIANO O PAGANO?

Quiero compartir el siguiente artículo de Javier Leoz, me parece interesantísimo de cara al verano. Uhhh que calor!!!!


¿Verano cristiano o pagano?
  1. Es tiempo adecuado para fortalecer los vínculos familiares. El ritmo acelerado que llevamos por mil razones laborales o lúdicas, no favorecen precisamente la cercanía, sinceridad o diálogo de los unos con los otros: el verano es vida que se comparte.
  2. Es un momento para el descanso pero no para dejar que “Dios” se duerma en nuestro corazón o, tal vez lo vendamos por otros “dioses” más refrescantes pero efímeros. El verano no es excusa para vivir al margen de la fe. ¿Acaso dejamos de comer o de beber en estos meses?
  3. Es un espacio para una lectura de nuestra vida. La playa invita, sobre todo en la noche estrellada, a la reflexión. El monte a la acción de gracias en la espesura de su belleza. El arte al asombro de un Dios que se proyecta a través de la mano creadora del hombre. El verano es un tiempo para saborear, como dice el Papa Francisco en “Laudato si” “la belleza de lo que no está corrompido”.
  4. Es un soplo a nuestro cansancio. Pero, en ese intento, hemos de ser conscientes de que “el hacer mucho” puede causar el efecto contrario: más agotamiento. Descansar implica hacer extraordinario lo que, en el curso, es ordinario. El verano es procurar fortaleza a las partes más dañadas de nuestras personas.
  5. Es aliento por la oración. ¡Manda un whashap al Señor! Participa en la eucaristía dominical. No te escudes con el “no hay una iglesia cerca” (tampoco los bares o los cines nos quedan al lado y los buscamos). Quien busca encuentra y, quien busca y celebra al Señor, su verano es humano y divino. El verano puede ser relax y relajamiento. ¿También de nuestra fe?
  6. Es alimento y fraternidad. El desconocido se hace cercano, el enemigo se puede conquistar, la frialdad se puede convertir en algo cálido. El verano es tiempo de conquistas de nuevas amistades y de recuperar viejos amigos.
  7. Es punto y aparte de nuestros problemas. Hay que aprender, por lo menos durante un tiempo, a que los problemas no se adueñen totalmente de nuestra existencia. ¿Qué los tienes? ¡No importa! Déjalos de lado durante un tiempo. Cuando regreses tal vez seguirán existiendo pero tú les harás frente con más fuerza. El verano es aparcar aquello que nos estorba.
  8. Es familia que disfruta todos a una. Acostumbrados al vorágine de una vida penetrada por mil historias, hay que reservar unos días para la alegría que se comparte y demostrar con ingenio el humor que llevamos dentro. El payaso profesional es aquel que, aun estando llorando por dentro, hace feliz al que está sollozando por fuera. El verano reclama sonrisas familiares y espacios para el entretenimiento.
  9. Es piscina de perdón. El trabajo, la competitividad, las responsabilidades y otros tantos vértices profesionales nos distancian y crean muchos malos entendidos. El verano, con un mensaje, un gesto, una palabra o una disculpa hace que todo vuelva a ser como antes. El verano es tiempo de curar o cicatrizar heridas.
  10. El verano no es diluirse en el vicio y capricho. No es dejar de lado a los tuyos. No es abandonar la práctica de la fe y mucho menos la misa de cada domingo. Un cristiano tiene derecho a sus vacaciones pero, un cristiano, nunca guarda vacaciones en su fe. ¿Acaso podemos vivir sin respirar? Dios, los sacramentos, la oración, la lectura espiritual, la visita al Santísimo, una obra de caridad es el mejor SOL, LA MEJOR PLAYA, EL MEJOR MONTE Y EL ÓPTIMO VIAJE TURÍSTICO que podemos realizar.
Lo contrario, en la vida de un cristiano, es más de lo mismo sin lo esencial: ¡DIOS!
Javier Leoz.

NO ESTÁS SOLO

Hace bastante tiempo que no escribía en el blog, la vida en estos últimos meses se ha fijado más en mí. Hoy quiero empezar rompiendo el hielo y me gustaría hacerlo a través del siguiente escrito que quiero compartir con vosotros y que lo he recibido de un amigo, espero que os guste y saqueis de estas lineas todo el jugo que lleva.

Es jueves. La mañana se ha levantado temprano, y eso hace que te arrastre también a ti en un desesperado intento de apurar cada minuto de una jornada que se abre ante ti con todas las posibilidades de vivir aventuras que vayan emborronando el folio en blanco que acabas de estrenar. Como siempre, deberás ir intuyendo qué es lo que hoy quieres escribir en el folio de tu vida.

     Es un día bueno el de hoy para sentirte vulnerable. Quizá no esté muy en consonancia con lo que el mundo quiere hacerte creer. El mundo te invita a la auto suficiente sensación de que no dependes de nada ni de nadie y que te basta con tu sola presencia, contigo mismo. Pero sabes que no es verdad.
     Sentirte vulnerable significa tomar conciencia de que no puedes entenderte a ti mismo si no es en esa genial y curiosa dependencia con las personas a las que amas y que te aman. La dependencia que no tiene nada que ver con la posesión sino con el disfrute. 
    Eres vulnerable porque disfrutas de la compañía de tus seres amados; amas y te sientes amado. Y por ende, también sufres. Sufres A las personas, sufres CON las personas, sufres POR las personas, sufres SIN las personas que te son imprescindibles. Sin las que tú mismo no eres comprensible ni entendible. Sufres porque el amor tiene precisamente ese precio: el amor nunca está exento de un cierto sufrimiento. Pero es esa "regalada llaga" que dice San Juan de la Cruz. La llaga que "matando, muerte en vida ha trocado". Muriendo a ti mismo, descubres la vida. Renunciando a tu "yo" entras en el misterio del "nosotros" y te das cuenta de que nunca has ganado tanto. Nunca has crecido tanto. 
     Hoy quizá también te tocará sufrir. Y parte de las líneas del folio que hoy escribirás albergarán marcas de tus lágrimas vertidas en el papel. Pero no dudes que cada una de esas lágrimas son parte de ti, parte de tu ser y de tu persona. Y si amas y sufres, nunca tu sufrimiento será inútil ni estéril. Solamente las personas a las que amas intensamente son merecedoras de tus lágrimas. Es verdad que quien no ama posiblemente se evita muchos sufrimientos... pero el precio es la muerte. La soledad. 
     Sal hoy a la vida después de dejar al café de esta mañana obrar el milagro de llenar de aroma tu alma. Y prepárate a disfrutar del impagable placer de sentirte amado por personas maravillosas que te acompañan el camino, para quienes sus vidas no son entendibles sin tu presencia y cercanía. Y no olvides que ellas dependen de que tú estés bien; de que seas plenamente feliz. Para así poder ellos alimentar su vida en la tuya. Que sea un precioso día para tí. Y para los tuyos.