martes, 14 de junio de 2016

"EL ESTRÉS NO ES MALO "

Si cambiáramos el planteamiento y fuéramos capaces de creernos que con nuestro cuerpo podemos enfrentarnos a este reto,  la respuesta ante este estado,  se volvería más "sana".
            Un aspecto infravalorado del estrés es que nos hace más sociables, gracias a la “oxitocina” (hormana de los abrazos), aunque interviene en otras actividades. 
¿A que no lo sabias?
            La oxitocina es una neurohormana, que afina los instintos sociales de nuestro cerebro, nos prepara para hacer las cosas que fortalecen las relaciones cercanas, hace anhelar el contacto físico con amigos y familiares, mejora la empatía, mejora nuestra disposición de ayudar y apoyar a la gente que nos importa.
            Lo que las personas desconocen es que es una hormona de estrés. La glándula pituitaria la libera como parte de la respuesta al estrés. Y la respuesta biológica nos motiva a buscar ayuda. La respuesta biológica es empujarnos a decirle a alguien lo que sentimos en lugar de guardarlo.
            La oxitocina no solo actúa en el cerebro, también actúa en el cuerpo, es el de proteger el sistema cardiovascular de los efectos del estrés., es un anti-inflamatorio natural, también ayuda a los vasos sanguíneos a estar relajados durante el estrés.
El corazón tiene receptores para esta hormona, y la oxitocina ayuda a las células cardiacas a regenerarse y recuperarse de cualquier daño provocado por el estrés.
            Esta hormona del estrés fortalece el corazón y lo bueno de todo esto,  es que se intensifica  con el contacto social y el apoyo social, así que cuando nos acerquemos a otras personas bajo estrés, ya sea para buscar apoyo o para ayudar a alguien más, nos libera más cantidad de esta hormona, la respuesta al estrés se vuelve más "sana" y en realidad nos recuperaremos más rápido del estrés.
            Otro segunda cuestión que estudié y refiriéndome a datos sobre el porcentaje de estrés que ha sufrido la población en el último año, deciros que  los resultados indicaron, que por cada experiencia sumamente estresante como las dificultades económicas,  o una crisis familiar, el riesgo de muerte aumentaba un 30%. Las personas que pasaron tiempo cuidando a los demás no mostró ningún aumento de riesgo de muerte por estrés.
            Nuestra manera de pensar puede transformar nuestra experiencia ante el estres, cuando se crea como algo positivo.
Resumiendo: Tenemos mecanismos propios para recuperarnos del estrés y ayudando a los demás crea resistencia ante la situación generada. A lo mejor si pensáramos mas en los demás y nos dejáramos de mirar el "ombligo", nos encontramos mejor. ¿Por qué no lo intentas?.