sábado, 25 de enero de 2014

LA DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO EN LOS HIJOS. Parte I.

Uno de los problemas más importante que encontramos en relación con la distribución del tiempo es saber lo que es importante de lo que es urgente y, a continuación, no sacrificar continuamente lo importante de lo urgente. Los padres pueden saber que es enormemente importante hablar con sus hijos para conocerles, para mostrar su interés en lo que están haciendo, etc. Sin embargo, surgen un sinfín de pequeñas necesidades, urgencias, que impiden, en principio, esta atención. Si es difícil para los padres, seguro que será difícil para los hijos.
Sin embargo, habrá que enseñar a los hijos a ordenar sus actividades en el tiempo, de acuerdo con lo que es prioritario en cada momento. Principalmente, se trata de coordinar el desarrollo de unas actividades rutinarias de todos los días con las actividades dque tienen un desarrollo continuo en un tiempo determinado. Por ejemplo, todos los días los niños tienen que cenar. Sin embargo, puede que estén realizando unas tareas encomendadas por el profe junto en el momento en que la madre quiere que cenen. Existen dos posibles criterios en este momento. Lo importante es cenar ahora para conseguir una convivencia adecuada en la familia. La madre no puede preparar la cena de cada hijo justo en el momento en que él quiere. O lo importante es el trabajo y la cena debería ser supeditada a esta necesidad. El sentido común nos llevará a ver que es necesario establecer unas normas lógicas para coordinar las dos posturas. Estas normas serán resultado de haber considerado la naturaleza de la actividad que hay que realizar. 
En la vida de familia se debería informar a los hijos sobre las actividades que hay que realizar en un momento determinado, en primer lugar. Este "momento" no se refiere necesariamente a la hora del reloj. Por ejemplo, los niños pueden saber que tienen que dejar todo para comer cuando su madre les llama. Pueden sabe que tienen que guardar sus juguetes en el momento de terminar el juego. En este sentido, se puede llegar a unas "cadenas" de sucesos que ayudarán especialmente a los niños pequeños, personalmente lo he practicado y funciona, os pongo un ejemplo: 1) Saludar a los padres; 2) Cuelgan el abrigo; 3)Lavan las manos; 4) Se sientan a la mesa dispuestos a comer y 5) Se lavan los dientes. Otra "cadena" podría existir a la hora de acostarse. Para que estos momentos sean respetados por los hijos, se tratará de exigirles esto cuando no se interrumpa la continuidad de otra actividad. Y que, en lo posible, se exijan las mismas cosas más o menos a la misma hora, aunque también hay que aceptar que muchas veces no puede ocurrir así y debemos todos aprender a ser flexibles.
Hasta la próxima.